En estos tiempos donde no solo que sabemos más, sino que también somos más los que tenemos acceso a la información a través de libros, cursos e Internet, es momento de hacernos una pregunta clave en comunicación: ¿cómo pasar del concepto a la acción? Por eso, en esta nota, quiero compartir 3 consejos para fomentar la empatía en base a la experiencia de todos estos años en el ejercicio de la profesión.
¿Qué es la empatía? Me gusta pensarla, definirla y practicarla desde la idea de “conexión cognitiva y emocional con los otros y con uno mismo, gestionando emociones que habiliten a acciones saludables para que los vínculos humanos sean sustentables.”
En función de ello, planteo estos 3 consejos que son hilos conductores que trabajamos en los cursos de neuro oratoria y storytelling para contarnos y contarles a los otros, historias bonitas.
- Primero YO: este primer consejo tiene que ver con la empatía con uno mismo, lo cual significa ser asertivos en nuestras conversaciones internas, pudiendo gestionar el miedo, el enojo y la culpa como emociones que suelen opacar nuestros diálogos intrapersonales y que se comunican a través de lo no verbal o gestual. Por lo tanto, para estar en paz con el mundo, necesitamos estarlo primero con nosotros mismos.
La introspección es una técnica esencial para la empatía con uno mismo, de eso se trata pensarnos. ¿Para qué? Principalmente, para definir la identidad, el YO, la subjetividad con esas singularidades que hacen al ser; para encontrar patrones de comunicación que nos convocan a un circuito vicioso; y, fundamentalmente, para practicar la empatía con uno mismo. - Segundo VOS: una vez que nos hemos escuchado a nosotros mismos, la conversación externa o pública, fluye con mayor naturalidad. Al estar atentos a nuestras emociones, podemos hacerlo con las ajenas y contribuir a gestionarlas, construyendo un vínculo más sano.
En este punto creo que es fundamental la escucha activa y afectiva, pero sin dudas que la puesta en valor de la palabra es esencial. ¿Qué quiero decir? Que es hora de que empecemos a hablar más, preguntar y darle voz a las emociones, dudas, sensaciones, sentimientos e ideas, a través de las palabras. - Tercero NOSOTROS: cuando logramos conectar con nosotros mismos y con los otros, el nosotros inclusivo (que nos incluye a todos como actores y protagonistas), abarca narrativas más plurales. Y esto se traduce en relaciones más sinceras, abiertas y flexibles, en equipos de trabajo más efectivos, en un buen clima laboral y muchos beneficios que le devuelven a la comunicación una función esencial de la cual nos habla su misma etimología: poner en común, compartir para así, generar comunidad.
Una aclaración importante: estos tips no se suceden de forma aislada o escalonada, sino que se interrelacionan y se entrenan de forma conjunta, paralela y permanente. Así, nos pensamos y construimos como sujetos junto a otros, disfrutando del maravilloso acto de comunicarnos, perteneciendo a una tribu.
Por Luisa María Ahumada